Vacaciones merecidas

    Fuente: Diario de Sevilla


    El alcalde presidió en el Consistorio la recepción de los niños saharauis, que pasan su estancia en Sevilla un verano más

    PATRICIA PARDO | ACTUALIZADO 08.07.2009 - 05:03
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    El alcalde posa junto a los niños saharauis y sus familias de acogida en la puerta del Ayuntamiento.

    El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteserín, recibió ayer en el Ayuntamiento a los niños saharauis y a las familias de acogida, que llegan cada verano a la ciudad gracias a la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui, que lleva desarrollando desde hace 18 años el proyectoVacaciones en Paz.

    La crisis económica afecta a todos por igual pero no ha impedido que las familias andaluzas acojan a 2.237 niños este año. Sevilla, por su parte, acoge a 653, quienes pasarán aquí el verano. Hace tan sólo unos meses la asociación tuvo que hacer un llamamiento a través de los medios de comunicación para conseguir más familias. Desgraciadamente, aunque se cubrió la demanda, no todas las familias han podido recoger a sus pequeños, ya que algunos padres no se han atrevido a enviar a sus hijos por miedo al contagio de la gripe A.

    Estos niños de entre 7 y 12 años viven en campamentos de refugiados donde apenas disponen de agua, y sólo los más afortunados pueden permitirse pagar el agua necesaria para construir sus casas con adobe. Para ellos el agua es un bien muy preciado. Cati, madre de acogida, cuenta una anécdota que le sorprendió de Mamia, de ocho años: "Cuando bebía agua en un vaso, la que le sobraba la volvía a meter en la botella".

    Los padres biológicos de estos niños son personas muy agradecidas por la oportunidad que se les brindan a sus hijos. Las familias se implican de lleno en las actividades para recaudar dinero y mantienen contacto permanente con los saharauis, además de enviarles donaciones particulares, ya que con 100 euros una familia puede comer cuatro meses.

    Por su parte, Pepi se encarga de los eventos que se celebran durante el año para recaudar fondos. "Es necesario que aumenten las ayudas y donaciones para que podamos continuar con nuestra labor y ayudemos al pueblo saharaui", explicaba una de las responsables de la asociación, cuyos padres de acogida pagan los pasajes y los camiones con los que les envían alimento, medicamentos y material escolar. Además, la asociación invierte en escuelas y hospitales para favorecer la educación y la sanidad en el Sahara.

    Destacan las ganas y el entusiasmo por conseguir que este pueblo salga adelante. Saben que estos niños son el futuro. Por ello, la asociación tiene en mente un proyecto que permitirá que los niños mayores de 12 años puedan venir a España a cursar sus estudios, ya que "necesitan una buena formación para conseguir salir de la pobreza".

    Quieren valerse por sí mismos pero no tiene medios para hacerlo, pero hasta que este proyecto vea la luz los niños saharauis tendrán que conformarse con venir a España durante las vacaciones de verano. Se intenta incentivar así a los niños para que se esfuercen durante todo el año en la escuela y que estas vacaciones sean un premio para ellos.

    Todas las familias coinciden en que la experiencia es "muy gratificante". Buena prueba de ello es que todas las familias que acogen a un niño, repiten. Algunas familias no pueden aguantar la espera, como Manoli, que se marcha al Sahara a ver a su querido Salih cada vez que puede. Este es su quinto y último año, pero Manoli está luchando para conseguir que Salih pueda volver al menos un par de años más. "Necesita alimentarse bien para poder crecer correctamente ".

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